viernes, octubre 20, 2006

Busco a mi primo Manolo

En días pasados me llegó un Comentario Anónimo de alguien que firmaba Manolo Medialdea.

Manolo Medialdea me preguntaba si me apellido venía de un pueblo llamado Guadix, al Sur de España.

Pues sí Manolo… y si mal no recuerdo mi abuelo José, tenía un hermano llamado Antonio y éste a su vez tenía un hijo al que llamaron Manolo.

No creo que ese Manolo seas tú, pero quizás tu padre es ese Manolo y tú seas el Manolito ya crecido, al que ya también llaman Manolo.

En todo caso, primo Manolo, no dejaste pistas para recibir esta explicación...

Déjame decirte que visité Guadix con 15 o 16 años y quedé encantada… Todos los Medialdea's de Guadix fueron muy amables, visité a familiares cercanos.

Mi hipótesis es que todos los Medialdea’s venimos de Guadix y mi fantasía es que nuestro apellido se formó porque éramos de origen judío sefardí y nos llamaban “aquellos, lo que están del otro lado de la Aldea, la Media Aldea aquella”. Fuimos dueños de Media Aldea, no está nada mal, y nos convertimos al catolicismo para no ser perseguidos. Sólo quedó plasmada en nuestra historia visible, el apellido Medialdea, como señal de nuestra existencia.

La flor es una orquídea que tengo en el patio de mi oficina, regalo de mi hermana Victoria Medialdea y es la foto que me pareció que conmemoraba este reencuentro.

sábado, octubre 14, 2006

Así somos


Podría instalarme por dos horas para escribir sobre las cosas malas que observo y vivo en Venezuela, son muchas y algunas me generan un “intenso dolor en el estómago”.

Pero sin duda, el balance es positivo y las cosas maravillosas que diariamente descubro superan las cosas que me causan malestar.

La creatividad “popular” –por llamarla de alguna manera- es algo que me engancha con amor a este país…

En la Isla de Margarita descubrí este clásico negocio para lavar autos… Un señor aprovechó un pedazo de terreno al lado de su casa, le puso un techo, compró unas mangueras, algunos tobos, contrató a unos chicos jóvenes e inauguró el “Lavauto La Espuma”.

El servicio es insuperable: cómodas sillitas para esperar bajo unas matas de mango, hay unas cornetas gigantes y ponen música “guapachosa” que genera ritmo por doquier. Todos parecemos estar muy “a gusto”, clientes y empleados, hasta su familia que comparte diariamente su cotidianidad en el local (la esposa amamanta al niñito de meses, el abuelo lee el periódico, la tía llega con el pescado para el almuerzo, en fin...) Y lo mejor: el costo… 50% más barato que un lavauto moderno y automático.

No creo que este señor pague impuestos y sea parte del crecimiento económico formal que merece nuestro país, pero sí creo que su iniciativa empresarial es muestra del empuje y progreso que necesita Venezuela, fundamentado en una sola cosa: el trabajo.

Como decimos por aquí: “e'cho el loco” el caballero genera empleo, su local es muy agradable, mi vehículo queda limpiecito e impecable en un corto período de tiempo, y él siente la satisfacción de ser un padre que puede mantener a su familia.

lunes, octubre 02, 2006

Camping en "Playa La Propia"


Desde hace tiempo me moría por pasar un día "intenso" en la playa como un buen ejemplar marino... (de qué especie seré?) ... Por ello ayer nos fuimos tempranito y hasta el atardecer a una playita sabrosa cuyo nombre es fiel reflejo de sus encantos "La Propia".
Para llegar a ella se negocia con los pescadores de Playa Manzanillo y el traslado se hace en peñero, el barco típico de la zona... Si el mar está calmado en unos 10 minutos se llega a este paraíso... donde puedes estar absolutamente sólo -como Robison Crusoe- si tienes la posibilidad de ir en día de semana y durante la temporada baja.


Llevamos todo nuestro "kit" de playa... cada día seremos más expertos (eso espero). Hasta ahora entendimos que el viento en la Isla de Margarita puede llevarse todo aquello que no se "ancle"... (en varias ocasiones supimos lo que debió sentir Mary Poppins al volar con su sombrilla).
Hicimos buceo con snorkel y tuvimos un pequeño accidente con unos erizos... Rolando fue el más "pinchado", pero yo también me llevé mi recuerdo en los deditos de mis pies...

Luego para superar "el dolor" de nuestro accidente, unos pescadores nos trajeron lo que sería el manjar de nuestro almuerzo... unos deliciosos mejillones hervidos en agua de mar... LO MAXIMO... estos fueron acompañados con el descorche de un buen vino blanco que perfectamente frío se conservó en nuestra cava...
En la oreja de Rolando podrán ver el resultado singular de comer tantos mejillones...
También comimos pulpo que había hecho el día anterior gracias a la magnífica receta de mi amiga Cris.
Al final del día regresamos a casa con el más profundo placer en nuestras almas... es maravilloso vivir cerca del mar.